Hoy os voy a presentar 18 argumentos en contra de la eutanasia, para que los utilicéis en debates, o simplemente para informaros
1. Dignidad y calidad de vida.
Toda vida humana tiene una dignidad absoluta, independientemente de las circunstancias concretas en que se viva. La dignidad no depende de la calidad de vida: la capacidad de pensar dignifica al hombre; la capacidad de amar, y sobre todo, la de recibir cariño, le hacen algo insustituible en la sociedad.
2. La libertad del hombre no es mera independencia.
La enfermedad puede hacer que una persona dependa físicamente de otras, pero esto no merma su dignidad, ya que ésta no radica en la autonomía.
3. Los motivos por los que se pide son removibles.
La eutanasia habitualmente se pide por dos motivos: dolor físico o sentimiento de soledad, de ser una carga para los demás. Estos dos motivos son perfectamente removibles: ahí está la medicina paliativa, capaz de evitar el 80% del dolor físico; ahí están los movimientos de voluntariado y acción social; ahí debe estar la familia, apoyando y acompañando al enfermo, tarea humana de valor incalculable.
4. ¿Hipocresía o economía?
Una sociedad civilizada y decente no puede descuidar las obligaciones de justicia con los enfermos, cuidado y compañía, hasta el punto de colocarles en situaciones que les hacen preferir la muerte y luego atender solícitamente a tal petición.
5. No se puede exigir a un médico que quite la vida a un paciente.
La libertad del paciente no es de ninguna manera un derecho con la correlativa obligación del médico. El juramento hipocrático ha guiado la profesión médica durante siglos: el médico no puede quebrar la confianza del paciente, confianza que fundamenta su relación... puede dejar morir, evitando así el encarnizamiento terapéutico, pero no puede causar la muerte.
6. Teoría de la pendiente resbaladiza.
La despenalización de la eutanasia voluntaria puede provocar, y de hecho, ya ha provocado en algunos países, la despenalización de la eutanasia involuntaria. En este sentido se pronunció el Tribunal Constitucional Norteamericano en el año 1997, para oponerse a la despenalización de la eutanasia: el hecho de que la despenalización de la eutanasia voluntaria acaba generando la despenalización de la eutanasia involuntaria.